Hacemos hincapié en el conocimiento del movimiento y el perfeccionamiento del mismo, primando la calidad a la cantidad, no es cuestión de coleccionar formas de forma indefinida sino de entender y sentirse cada uno.
En nuestra escuela promovemos el desarrollo individual de cada practicante partiendo de sus características. Entendemos que el Wushu es algo vivo y se tiene que adaptar a la persona y no al contrario.
El sistema de trabajo es muy personalizado, ya que los primeros meses son fundamentales para adquirir un entendimiento del movimiento y no caer en malas prácticas o hábitos. Después de empezar a sentir el movimiento y coger fluidez ya se empieza a trabajar con el compañero.
No tenemos rangos, no hay exámenes, no tenemos uniforme, sólo pedimos un requisito: ganas de entrenar y constancia.